Negar que la cumbia forma parte de nuestras
vidas desde que nacemos, seria negarnos a nosotros mismos. Pero hace unos meses
pareciera como si finalmente la música tropical haya logrado derribar esa
muralla que la dividía de convivir sin prejuicios entre los punks, los
hardcore, los headbangers, los rockers, y toda esa amplia gama de estilos que
de alguna manera nos identifican o con cuales nos identificamos.
El gozo generalizado (Foto por Kari Canclini) |
Y me toca hablar del tema afortunadamente
como parte colaboradora de esa nueva movida, siendo miembro de Sonido Chuli,
banda inspirada en la Cumbia Peruana pero con el mensaje y la actitud del Punk
y Reggae, que son básicamente las movidas de donde salimos. Paralelamente a
Sonido Chuli, también nacían otros dos proyectos interesantísimos: El Brujo y
sus Cromáticos, una banda itinerante, como ellos mismos lo llaman; con un
sonido experimental que se acerca a los colombianos Meridian Brothers o Los
Pirañas. “Cumbia Noise”, mucha psicodelia, mucha puesta en escena hacen que la
experiencia de ver a esta banda sea única. Otra banda nacida en el 2017 es Kuña
Kumbia, formada completamente por chicas que buscaban más allá de fomentar solo
baile, también demostrar que es posible crear alternativas a la misoginia y
machismo siempre tan arraigadas lastimosamente desde los años 70 en la Cumbia.
Curiosamente, en estas tres bandas las encargadas de las voces son chicas, lo
que demuestra que esta nueva movida derriba lo establecido y apunta a la
igualdad.
Sonido Chuli (Foto por Kari Canclini) |
Dando una mirada atrás y haciendo un repaso
rápido, el fenómeno de “rockeros haciendo cumbia” no es nuevo. Una década
atrás, los Kachiporros y Los Verduleros iniciaban ese fenómeno, y si bien en el
principio tuvieron mucha resistencia y se ganaron el odio de los puristas del
Rock, hoy en día son bandas con una trayectoria sólida y definitivamente
establecidas. Aunque muchos lo vieron en un principio como una “traición”, hoy
no pueden evitar mover los pies al ritmo de sus canciones.
Pero es momento de hablar de la idea central de este artículo: Como sucedió que en un show de Cumbia siempre estén bailando empapados en sudor chicas y chicos con remeras de Motorhead, Ramones o Slayer en esta nueva movida? Una de mis teorías se basa en que hubo un proceso de lenta intromisión de la música tropical en todas las escenas musicales. Recuerdo shows de Punk Hardcore que terminaban en fiestas cumbieras donde todos se desinhibían y movían las caderas y coreaban los temas que siempre estuvieron en nuestras cabezas rondando. Todo esto, siempre mal visto por un grupo mínimo de gente, afortunadamente. Otra de las teorías es que la masificación del internet permitió también tener una mirada diferente de lo que siempre tuvimos como “cumbia” y explorar las raíces y ramas que podían darte bandas y géneros realmente interesantes. Compilados como “Roots of Chicha”, “Cumbia Beat”, “Cumbia Cumbia”, “Palenque Palenque” y muchos otros redescubrieron la música tropical y generaron un fenómeno mundial de asimilación y aceptación de ella. La Cumbia siempre fue la música de una minoría marginada, música de las calles, del proletariado, tal y como lo son el Punk y el Reggae, que dejando de lado el ritmo de éstos, la historia de su nacimiento es la misma: Usar la música como medio para expresar todo lo que viven día a día.
El Brujo y sus Cromáticos |
Con todo esto, y con las cabezas más abiertas en los últimos años, El Brujo y sus Cromáticos, Sonido Chuli y Kuña Kumbia no encontraron en la escena cumbiera una movida que los identificase y se sintieran realmente comodxs, y la mejor opción fue quedarse en la misma escena tocando con las mismas bandas de Reggae, Punk, Hardcore, New Wave, Thrash Metal o Rock Psicodélico. La movida underground asuncena se masificó y enriqueció gracias a justamente esa ensalada de géneros que es la protagonista principal de cada show. Entonces, te agrade o no la cumbia, al ir a uno de esos shows es indudablemente la oportunidad que tenés de darle una escuchada y que termine gustándote o no, sin basarte en los prejuicios. Basta con que una sola persona abra la pista de baile para que lentamente todos dejen de lado su timidez y se acerquen a gozar.
Kuña Kumbia |
“La Cumbia se puso de moda”, decía alguien
en una red social hace poco. Y la verdad que no, la cumbia siempre estuvo acá,
inclusive muchísimo antes de que llegue toda la música anglosajona,
resistiendo, redescubriéndose y reconstruyéndose; mucho antes que el Blues, el
Jazz o el Rock and Roll se masificaran. “Odio la Cumbia” decía otro famoso
opinólogo musical sediento de likes. Quizás si, lo odie y que el vaivén del
güiro no lo identifique. O quizás, es una negación basada en la vergüenza de
decir que el ritmo lo seduce pero el prejuicio aún vivo no lo deja bailar por
el miedo al qué dirán, como a muchísima gente le pasaba o le sigue pasando.
“Punks anarquistas antisistema lanzando un vinilo de Cumbia, las vueltas que da
la vida” leí también, de parte de un chico que creo necesitaba un poco de
atención e intentaba tirar veneno sin analizar mucho su postura. Es parte del
sistema tocar Cumbia? Es parte del sistema lanzar un vinilo de manera
autogestionada? Es parte del sistema crear un sello propio porque no te llena
la forma de manejo de los sellos existentes que lucran con la música? Yo creo
que no.
Pueden nacer o morir varios estilos, pero
la cumbia va a seguir estando, y mutando. Y es el momento de dejar de mirar
tanto para afuera y mirarnos a nosotros mismos, a nuestro alrededor, y hacerlo
parte sin dejar de ser lo que somos. No cambiar, sino crecer y abrirnos,
dejando de lado los prejuicios, justo como este articulo cumbiero que se escribió
escuchando Embrace y Gray Matter sin que ello me hiciera
sentirme raro o desubicado.