Después de meses
intensos, tengo tiempo de sentarme a escribir sobre lo que más me gusta: mis
amigos y la música. Y en esta ocasión,
ambas cosas se unieron. Luego del reci de los Beautiful Sundays acá en
Diciembre, de alguna manera todos habíamos quedado con ganas de más. Pasó un
mes y nos confirmaban la noticia que nos hizo estallar de alegría: “Preparate,
que en Abril vamos a tocar de nuevo”. Recuerdo que me invadió una alegría
tremenda. Pero pensamos con Hernán: Ya que se vienen, y si estiramos una banda
amiga y hacen juntos el viaje?. Adivinen cual fue la primera banda que se nos
pasó por la cabeza. Si, adivinaron: Los Caidos. Tras unas semanas de insistencia,
también confirmaban la presencia. No quedaba nada más que armar todo y dejar
listo para el gran día. Qué mejor ocasión que celebrarlo poniéndole el nombre
del sello que de alguna manera reunía a todas las bandas que tocarían ese dia.
Así nació el Tesape’a Fest. El reci quedaba de la siguiente manera: Desde
Buenos Aires, Beautiful Sundays y Los Caidos. Desde Formosa, Argentina: Brigada
King Kong. Y los locales: Estampida, Sarcoma de Kaposi y Falta Envido. La
fecha: Sábado 4 de Abril de 2015. Antes harían una parada en una ciudad
hermana: Posadas, Argentina.
El tour empezaba en
Posadas, donde el Jueves alrededor de las 21 llegaba el primer móvil de los 3
que hacían la caravana: Los Beautiful Sundays iban llegando de a poco al hostel
donde estábamos y nos entrelazábamos en abrazos y sonrisas interminables. Así
llegaron todos, cenamos y fuimos a caminar en las playas a orillas del Paraná,
claramente sin ganas de dormir. Había demasiado con qué ponerse al día. Ya muy
de madrugada fuimos a nuestras camas a prepararnos para el reci del Viernes.
Al día siguiente, nos
encontramos con una ciudad vacía por causa del Viernes Santo. Una larga
caminata buscando cosas para cocinar el almuerzo bajo un sol tremendo, una
comida riquísima en el hostel, el preparado de las ferias, una nueva caminata,
helados, charlas y música fueron las actividades hasta la noche, donde todos fuimos hasta el
local del reci. Qué decir de ese concierto? Lo resumo en dos palabras: Orgullo
y alegría. Orgullo de mis amigos Mariachi y Mariana, que se pusieron los
pantalones en un lugar casi olvidado y lograron hacer de Posadas una parada
obligatoria para muchas bandas de América y Europa. La gente no paró de bailar
con todas las bandas, el local estaba lleno y todos volvimos con una sonrisota
en la cara.
Al día siguiente, la
caravana seguiría a Asunción antes del mediodía, pero con Rama, baterista de
Los Caídos, nuestro recorrido empezaba temprano: A las 6 de la mañana ya
estábamos en pie yendo a Encarnación a tomar el bus que nos traería a la capital.
Tras un viaje loco, llegando justo a tiempo y cruzando la Aduana sin hacer
papeleos, llegamos en medio de una tormenta a Asunción que estaba inundada.
Llegamos a casa, que estaba lista gracias a Benito, Rebe, Juanjo y Roy, nos
dispusimos a cocinar una meriendacena
para los chicos que estaban llegando. Tardaron demasiado, el GPS los había
tirado para cualquier lado, la tormenta los había atajado, pero estábamos
listos para hacer el show.
Fui a Gales a preparar
todo, el local que nos recibió sin problemas cuatro días antes del Fest, ya que
el anterior local nos había dicho que cerrarían esa fecha y que nuestra reserva
de meses había quedado sin efecto. Fuera del local ya habían personas afuera
una hora antes del show. Empezamos a armar todo con la ayuda de gente que había
ido a ver a las bandas y se ofrecieron a dar una mano, como Oggy, Fer, Kaka y
Rebe. Una vez que todo quedó montado, solo esperábamos a las bandas para
arrancar.
La gente llegaba de a
poco, un poco retrasados por el mal
tiempo, pero por suerte la lluvia había parado y todo se disponía a ser una
gran noche. El local estaba ya por la mitad cuando arrancó la primera banda:
Falta Envido. Rápidos y con furia, empezaron a calentar los motores, empezaron
los primeros pogos y aún quedaba demasiado. La siguiente banda destrozó todo lo
que había. Volvían después de un buen tiempo de dejarnos huérfanos de
powerviolence: Sarcoma de Kaposi. La gente se descontroló, pogueó, cantó, todo.
Nos dejaron en claro quienes son los papis del sonido rápido acá, sonando como
una maquinita. Entre banda y banda, sondaba la selección en vinilos de Born
Mean y Maria Vertúa, que de alguna manera apaciguaban los ánimos para volver
con todo después. Llegaba nuestro turno con Estampida. Los nervios nos jugaron
una mala pasada en algunos tramos de algunos temas, pero la zafamos.
Empezaban las bandas que
nos visitaban del otro lado de la frontera imaginaria: Brigada King Kong,
quienes prácticamente ya son locales, nos atropellaban con un sonido rápido,
corto, sin firuletes. Una cachetada tras otra. El pogo era el regalo que todos
daban a estos cuatro pibes que dijeron sí desde un principio y se sumaron a
compartir con nosotros esta fiesta. La gente ya estaba descontrolada, y fue ahí
que empezaron los momentos con más adrenalina de la noche.
Subían primero Los
Caídos. Había gente que los veían por acá tres años después. Había gente que
los veían por primera vez. Empezaban con Desconozco, y lo hilaban con Rencores.
Daban paso a sus clásicos Destruye tu escena, Vampiros, Dejaste el Hardcore por
tu novia, Oveja, Japcore, Tramontina. La locura se había apoderado del más de
centenar de personas en el local repleto. Los que estaban sentados tuvieron que
despegar el culo del asiento y salir a hacer pogo. Siguieron con La farsa,
Donde, Bruma, Basta ya! (que desastre se armó con esta!) y Cicatrices, donde se
dieron un pequeño descanso. Quedaban aún varios temas, y retomaron la marcha
con Tempestad, Día tras día (con invasión de escenario), Trapos, Multinacional,
El Destierro, Resignarse y allí se vendría el momento más emotivo de la noche.
Joaquín dedica el tema que estaba por venir a Gustavo Alfonso (con quien habían
compartido en el primer tour un almuerzo abusivo), y a Jeimy, quién
lastimosamente no puso ir. Empezaban los primeros acordes y a todos les sonaba
familiar, hasta que empezó a cantar: “Son 200 muertos…”. TODO el local se
descontroló, peleando por el micrófono y poder cantar una partecita. Ricciardi,
que estuvo tranquilo todo el tiempo, se subió al escenario con el puño en alto
a cantar todo el tema. Los Caidos estaban homenajeando a una de las primeras
bandas de hardcore punk paraguayas: 200 Muertos. Luego de unos segundos para
que todo vuelva a la normalidad, venían los dos últimos temas: Odio y el
clásico Hablás, mentís decepcionás. Asi pasaban esos chicos a quienes se los
esperó 3 años y esas ganas contenidas explotaron.
Ahora, cerraban los más
hermosos. Cuatro meses antes habían abarrotado un local y se encargaron de
crear un baile gigante. Esta vez, ya todos los esperaban para volver a
repetirlo. Beautiful Sundays subían para tocar y alegrarnos el corazón.
Empezaban el completísimo set que prepararon con You Can Do It, para armar el
pogo y dibujar sonrisas en los rostros. Seguian con Camilo, Blue, I lost
myself, Today hasta que llegó Wake Up y fue mi turno de ayudar a Hernan una vez
más a cantar este tema (ya se hace costumbre). Seguían con Help Me, Desamor,
Dreams, Someone, Maybe, Piscis (Shis se volvió a descontrolar en este tema),
Con Vos, Friends, para dar paso a los tres covers que están en su último EP: Third
Floor Fire Escape View de The Cat's Miaow, Birthday de los australianos Hard
Ons, (el que más cantó fue Nachito, guitarrista de Los Caidos) y No Demuestra
Interés, de NDI, con el que se armó un descontrol general. Los decibeles
bajaban con About Me, para seguir con Better, el tema homenaje a Simone de
Beauvoir que Enri agitó como loco. Despedida nos ponía medio tristongos,
Tonight y Be My Guest hacian bailar a las chicas adelante. Ya sé fue
fuertemente coreado por todos. Seguian con Same Story, I can’t, Rain, Faster,
Wars y cerraban con Beautiful Sundays.
El cansancio nos había
destruido por completo. Volvimos a Sajonia a que descansen quienes lo
necesitaban y nos quedamos charlando con Pabli, Nachito y Hernán en el corredor
sin poder dormir. Antes de que salga el sol, la caravana volvía a arrancar. Nos
despediamos medio zombies, por suerte esta vez no fue tan triste.
Así pasaban dos bandas
que son prácticamente locales a pesar de los kilómetros que nos separan. El
legado que siguen dejando es inolvidable, y el lazo de amistad es cada vez más
fuerte. Simplemente agradecerles toda esa humildad, predisposición, y sobre
todo verdadero compromiso con lo que dicen, el de llevar la música y el mensaje
sin intención de lucrar a todas partes.
CHAVO.